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Prince George's revitaliza escuela histórica como centro de educación cinematográfica

Prince George’s planea convertir una escuela histórica en un estudio de cine para impulsar la economía local.

Foto: Twitter (@ModularGenius).

La antigua Fairmont Heights High School, un ícono en el condado de Prince George’s, Maryland, renacerá como un estudio de cine y un espacio educativo. Este edificio, que abrió sus puertas en 1950 para ofrecer educación a estudiantes afrodescendientes durante la segregación, cerró en 2017 y ha estado cercado desde entonces para evitar vandalismo.

Una escuela con historia y lucha

El Fairmont Heights High School Alumni Association, cuyos incluyen exalumnos septuagenarios, se propuso preservar el legado de la escuela. Joan Crowder, presidenta de la asociación, destacó su preocupación al cierre de la escuela.

“Pensamos, ‘¿La van a derribar o se incendiará?’. El vandalismo nos preocupó mucho”, comentó Crowder.

La escuela fue una de las dos únicas en el condado que permitió a estudiantes afrodescendientes graduarse, brindando un espacio seguro para su desarrollo académico y deportivo. Fred Smith, miembro de la asociación, señaló que muchos estudiantes pasaban por frente a varias escuelas blancas para llegar a Fairmont, valorando la educación que ofrecía.

WTOP indicó que la preocupación por preservar el edificio empujó a la asociación a buscar alternativas para evitar su deterioro.

Del abandono al cine

Recientemente, el Consejo del Condado de Prince George’s dio un gran paso al declarar la escuela como “propiedad excedente”. Este estatus facilitó su transferencia a la Autoridad de Reurbanización, que planea transformarla en un estudio de cine y centro educativo. La idea ha entusiasmado a los exalumnos, quienes ven esto como una forma de dar nueva vida al edificio.

Según Fred Smith, esta reconversión abrirá muchas puertas, ya que “permitirá a estudiantes aprender los elementos necesarios para trabajar en la industria cinematográfica”. Las instalaciones ofrecerán oportunidades para roles como técnicos de sonido, guionistas, diseñadores de sets y más.

“Sigue siendo una escuela, aunque ahora será también un espacio educativo enfocado en el cine”, puntualizó.

Apoyo financiero y local

El senador estatal Malcolm Augustine aseguró 5 millones de dólares en fondos estatales para el proyecto. Augustine resaltó el valor histórico y cultural de la escuela.

“Su historia y la de quienes pasaron por ahí son vibrantes, no podíamos perder esa oportunidad”, declaró.

Además, el proyecto cuenta con el respaldo de Tressa Azarel Smallwood, una exmaestra local que cofundó MegaMind Media, una empresa que produce hasta 15 películas al año con grandes estudios nacionales. Shayla Adams-Stafford, miembro electa del Consejo, celebró la participación de Smallwood, afirmando que es un talento local que encarna el potencial de la comunidad.

La NBC News informó que las nuevas instalaciones no solo atraerán rodajes, sino que incluirán oficinas para la asociación de exalumnos, un museo y un espacio comunitario.

Opiniones encontradas

Sin embargo, no todos están de acuerdo con el proyecto. Brad Heard, líder de la Greater Capitol Heights Improvement Corporation, sugirió que el terreno de 14 acres sería más útil para paliar la crisis de vivienda en la región. Propuso convertir el espacio en un desarrollo residencial mixto, aprovechando su cercanía a dos estaciones de metro.

A pesar de esto, la mayoría, incluyendo los antiguos estudiantes, apoya la transformación. Joan Crowder defendió la decisión, argumentando que “este es el uso correcto y más significativo para el edificio”.

Un futuro prometedor

La asociación de exalumnos también planea celebrar el 75º aniversario de la escuela, esperando que las puertas de Fairmont Heights se reabran con esta nueva faceta. Denise Haskins, tesorera de la asociación, expresó su entusiasmo.

“Va a ser un día lleno de felicidad. Tendremos una gran celebración cuando ocurra”, compartió Haskins.

La transformación de Fairmont Heights High School promete honrar su rica historia y convertirse en un epicentro de oportunidades para las futuras generaciones. Según Joan Crowder, la lucha valió la pena.

“Sabíamos en lo que nos metíamos al comenzar este viaje. Vamos a llegar hasta el final”.